Está en un monte natural  sobre el que había un montículo circular que unos opinaban que podía ser un resto prehistórico y otros piensan que era la base de una atalaya árabe. Lo cierto es que, en un momento determinado,  sobre esa elevación se pusieron tres cruces y empezaron a llamarlo el Calvario.  Sólo se utiliza en Semana Santa, para llevar a cabo, o bien el Vía Crucis o bien la Procesión del Silencio.

En la subida al Calvario pueden verse piedras cuadradas con orificios en  centro también cuadrados. Esos bloques son, mejor dicho, eran utilizados para señalar las 14 estaciones del Vía Crucis. Estarían distribuidos entre el Calvario y la Iglesia y la mayoría se habrán perdido o “han desparecido”.

Las vista que hay desde el Calvario de la parte antigua del pueblo con la Iglesia y la Torre dominando las mismas, son impresionantes.

Es una pena que como tantas cosas seamos tan descuidados y poco dado a conservar nuestro patrimonio. En su día, y tras una restauración del camino y del Calvario en sí, se colocaron unos paneles informativos que, al principio fueron respetados, pero pronto rompieron el cristal que los protegía, y luego destrozaron los paneles por completo.

Seamos respetuosos con todo lo que nos enseña el esfuerzo y las vivencias de nuestros antepasados.

Categorías: Naturaleza

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